viernes, 22 de mayo de 2015

Ahora vamos a decir: 

"trabajadoras sexuales"
"Proletarias del hogar"
"Profesionistas del campo"
"Personas de costumbres diferentes"
"Capacidades diferentes"
"Trabajadores de la calle".

Así seguro se resuelven todos sus problemas. 

Perdónenme la burla, pero ya he visto a la sociedad decir "compatriotas y compatriotos", y las mujeres siguen madreadas, asesinadas, y "tratadas".

Yo crecí en un ambiente donde decíamos las cosas como las pensábamos, y donde no tenía importancia el "cómo", porque sabíamos lo que había en el corazón. 

Teníamos un amigo (querido y admirado) con parálisis cerebral. Hizo su carrera y toda la cosa, como película gringa. 

Pero lo que yo admiraba era que exigía un trato normal sin ignorar su condición. 
Era difícil entenderle por lo ya mencionado... Yo le "sapeaba" y le decía "¡hable bien cabrón!"... Y el se reía, y no nada mas eso, sino se esforzaba todo el tiempo por hablar mejor, caminar mejor.

Se le trataba tan "diferente" como lo exigía su realidad, su circunstancia, pero no le tratábamos con esa "inclusión condescendiente" que no es más que la "discriminación del amable".

Completando lo anterior:

Yo pienso que la discriminación tiene dos caras:

- La exclusión.
- La sobreprotección. 

Creo que ambas son terribles. 

El odio, el desprecio, la discriminación, la exclusión, el sectarismo, el obscurantismo se encuentra en los corazones... NO EN LAS PALABRAS QUE USAMOS.

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